En el CEP de Marbella-Coin apostamos hace ya 7 cursos por la formación en Inteligencia Emocional a través del mindfulness, de la mano de Olivia Recondo, psicóloga y profesora en la Universidad de Málaga. Nuestra apuesta fue a ciegas, ya que hace 7 u 8 años aún nadie sabía que era eso del mindfulness, pero echando la vista atrás y habiendo recopilado un número importante de testimonios del profesorado formado durante estos años, nos damos cuenta de la poderosa herramienta en la que se ha convertido la meditación mindfulness en el contexto escolar.
Los beneficios que el profesorado que practica mindfulness con su alumnado habitualmente obtiene son, entre otras muchas cosas, una mejora en el clima de aula, una mejora en su relación con el alumnado, una mejora de la atención del alumnado y una mejor gestión emocional de sus emociones.
Estas mejoras que produce la práctica del mindfulness no se circunscriben únicamente al aula, cualquier reunión colegiada del profesorado puede iniciarse con un centramiento para traer la atención al momento presente e iniciar la reunión de una manera más efectiva.
Los asesores y asesoras del CEP de Marbella considerábamos necesario poner en práctica lo que estábamos pidiendo a nuestros compañeros y compañeras que pusieran en práctica en sus aulas, en su caso con el alumnado. En nuestro caso, al no dar clase directa con niños y niñas, decidimos poner en práctica el mindfulness en nuestras reuniones de equipo, e iniciar todas y cada una de nuestras
reuniones con un centramiento basado en la respiración.
Este centramiento es guiado por el director , aunque lo ideal es que cada sesión sea dirigida por un miembro diferente del equipo. La duración de la meditación varía de sesión en sesión, pero nunca suele durar más de cinco minutos. Nosotros solemos hacer siempre el centramiento atendiendo a la respiración, aunque se pueden incorporar otro tipo de meditaciones atendiendo a los algunos sentidos; la vista, el gusto o el oído.
La práctica consiste básicamente en atender a la respiración, y en darnos cuenta cuando algún pensamiento nos distrae, cosa que pasará siempre porque el cometido de la mente es ese, pensar continuamente. Una vez que nos damos cuenta de que el pensamiento nos ha distraído solo tenemos que devolver la atención de nuevo a la respiración, sin juzgar y sin enredarnos en otros pensamientos.
Desde que llevamos a cabo esta práctica al inicio de las reuniones de equipo hemos notado una mejora en la eficacia y duración de las mismas y una mejora en la calidad de las relaciones personales y laborales del equipo. Por eso animo a los equipos directivos de los centros educativos a que se planteen iniciar las reuniones con sus equipos de la misma manera, o de otra similar con la que se sientan cómodos. Las ventajas son muchas y require muy poco tiempo y muy poco esfuerzo.
Os dejo algunas fotos como testimonio de lo aquí os acabo de contar.
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